lunes, 18 de noviembre de 2013

...Viven atados a sueños sumergidos en mares del olvido, en donde aquel barco se hundió con la última esperanza.
Y tus sueños dónde están? Bajo el mar? A flote? Volando? Procura que estén junto a las estrellas... Sueña!

jueves, 10 de octubre de 2013

Las ventanas del alma


No quiero tocarte sin ver tus ojos, tócame con la mirada, bésame con tus ojos

¿De qué sirve la seducción si no hay conexión del alma?  No dejes de mirarme, me perdería

Me perdería en pensamientos vacíos porque no hay plenitud alguna en solo caricias superficiales

Las palabras nunca han sido importantes para mí, lo digo todo con la mirada

Podría hacerte el amor solo mirándote

Podrías hacerme tuya solo con las ventanas de tu alma.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Autobiografía.


Dicen que cuando nació, parecía un ratoncito sin pelos, bien fea. Su madre, llena del más puro amor, que acababa de experimentar por primera vez, sonreía llena de sudor y felicidad. Tenía una lista de diez nombres y Wendy, no estaba allí. Pero sí, así la llamaron… Wendy.

Aprendió a leer muy rápido, supongo que porque los únicos regalos que recibía eran libros, una vez una tía le regaló una muñeca y no le gustaba, en serio. Desde allí cada vez que recibía una muñeca de regalo se enfurecía y nadie entendía su actitud.

En sus primeros años demostró una fuerte inclinación hacía lo artístico, no paraba de cantar, bailar, actuar y modelar. Hacía shows a sus familiares y vecinos con mucho encanto y cobraba la entrada.

Fue una niña feliz, un poco caprichosa y consentida, por eso de ser hija única, buena estudiante y siempre un poco autoritaria, amaba cantar y todo eso, en serio. Callada, pero comunicativa. Solitaria, pero observadora. Juiciosa, pero divertida.

Esa etapa de su vida le encanta contarla, sonríe recordando olores, sabores, lugares, personas. Cree firmemente que se formó como persona antes de los 10 años, cree bien.

Su adolescencia fue complicada, bueno no la más complicada de todas, lo normal. Siempre fue muy madura, pero justo en esa etapa supo que la vida no era ese mundo fantástico que sus libros le describían, era mucho más fantástico aún. Vio, escuchó y vivió cosas que creía imposibles; sentimientos que jamás pensó que le perforarían el corazón o el alma, o ambos.

Actualmente, un poco adentrada a la adultez, es una chica centrada, madura, sensible, divertida, cariñosa y caprichosa, aunque ya no es hija única. Sueña mucho y persigue sus sueños, una guerrera.

Hoy es solo una persona con grandes vivencias que no cambiaría por nada, aunque con solo mencionarlas se le agüen los ojos. Agradecida eternamente por esta vida tan bonita que le ha tocado vivir y siempre a la expectativa de lo que va a pasar hoy, esperando que sea lo que quiere, o por lo menos que le haga ser cada día más Wendy. Sí, más Wendy. Aunque su nombre nunca haya estado en esa lista.

Ven conmigo.


Acostada en el césped, el Sol me da en la cara y veo las nubes con los ojos entreabiertos. Es una cálida mañana de domingo, la brisa corre y todo es perfecto en ese pequeño instante infinito.

Cierro los ojos y aparece él. Sí, él. No ese él que todos creen o que tanto he nombrado, sino él, mi él. Fue un sueño? O en realidad sucedió? Pienso. Es muy poco el tiempo que logro mantener mi mente en blanco, lástima.

Es mentira que va a venir, siempre es mentira. Sin nada que perder ya, espero. Una hora ha pasado, no entiendo cómo no me he cansado de esto.

Llega. No puede ser. Hubiese preferido que no, al sentir como el corazón casi se me sale por la garganta. Es él. Mi él. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos, un año,  6 meses y 12 días. Cuando todo acabó, sentí como si me desgarraran los órganos, o mejor dicho, como si me halaran eso que llaman alma y simplemente aquí está, frente a mí, esperando una respuesta a la absurda preposición que me había hecho un día antes en una llamada. “Vente conmigo”

Pero no puedo irme, dejar todo por él y olvidarme de toda esa historia que por cierto, no fue un sueño. Y mis estudios?  Mi trabajo? Mi vida? Y lo que siento? Todo esto pasó por mi cabeza en los segundos en que nuestras miradas se cruzaron.

-Hola. Me dice.

-Hola.

-Necesito que me perdones.

-No me pidas perdón, el daño ya está hecho.

-Lo sé.

Silencio absoluto, desvío la mirada hacia el lado derecho y veo dos niños jugando con una pelota, me siento en el limbo. Se desata una guerra de emociones justo debajo de mi cuello, al lado izquierdo; me coge las manos. Me siento desarmada.

-Yo necesito que me des unos minutos. Le digo.

-Aquí estoy.

-Lo sé.

Me suelto de sus manos y me alejo caminando hacia el lado izquierdo del parque, “Estoy profundamente enamorada”, “no es justo que después de tanto sufrimiento ceda como si nada”, “el verdadero amor perdona”, “lo amo”, “lo odio”, “quiero casarme con él”, “quiero no haberlo conocido nunca”, “No puedo perdonarlo”, “no puedo perdonarme”, “sin él estoy bien”, “lo necesito en mi vida” y empiezo a sentir el corazón como una licuadora, un nudo enorme en la garganta y las lágrimas no pueden aguantarse más. Volteó hacia él, lo veo desde lejos y poco a poco, como si me acercara a un incendio, camino de vuelta a donde está.

-Ven conmigo. Me dice.

-Ven conmigo tú.

-Acaso no es lo mismo?.

-No, no lo es.

El techno.


“¡Punki, punki, punkipunki! Así solemos definir este estilo musical  que nace en 1988 en Detroit: el techno…”  Decía la locutora de la radio esta mañana en la emisora que siempre suelo escuchar en pleno tráfico citadino. Empieza una canción con el característico “punki punki” y en seguida cambio la emisora.

“¿Cómo pueden decir que eso es música?, eso da dolor de cabeza, ni siquiera se puede bailar” digo en voz alta mientras veo el semáforo en rojo.

“Mamá, ¿por qué tienes que ser tan amargada?” Pregunta la chica adolescente que va de copiloto, Julieta, mi hija. Devuelve la emisora y solo escucho una serie de sonidos que se repiten mil veces cada uno y veo de reojo a Juli moviendo la cabeza de arriba hacia abajo al ritmo de lo que suena. Mi dedo índice de la mano derecha empieza a moverse encima del volante sin que me dé cuenta.

Todo empieza a llenarse de humo, veo borroso y la música está altísima… Muchas luces de colores neón se mueven por todas partes, ¡qué calor hace! Estoy bañada en sudor, rodeada de gente brincando. ¿Y Julieta? “Julieta, Julieta” Grito pero ni yo misma puedo escucharme. “Permiso joven, permiso señorita” digo entre el tumulto, nadie me mira. Todos están como hipnotizados, saltando como locos. “Dios mío, ¿qué es esto?”.  “Mamá, ¡mamá!”. “¡Juli no te veo!”. “Mamá, ¿qué te pasa?”

Veo como el semáforo cambia de amarillo a verde…  Bajo el vidrio para sentir un poco de aire, me paso la mano por la frente y de inmediato apago la radio. Julieta me mira como a un bicho raro “¿estás bien?” Me pregunta. “Si,  pero solo podemos escuchar techno en el gimnasio” respondo desconcertada.

Georgia O´keeffe.


P.D: Querida Georgia, si lees esto hazme saber tu opinión, quiero empezar a escribir sobre ti, yo sé quién eres realmente, mi amigo Jack podrá publicarlo si así lo deseas, sé que las palabras no te definen, pero una mujer como tú merece perdurar en el tiempo, y sé que así será a través de tus obras y mis fotografías. Pero por lo menos permíteme sentirte más cerca plasmando nuestra historia. Ten siempre presente que para mí no eres una vez, eres todas las veces. Siempre tuyo, Alfred Stieglitz.
 
 
No empezaré con el típico “Érase una vez” porque ella no era una vez, ella fue todas las veces.
Tengo grabado en mi memoria ese día, no sabía que era ella cuando vi entrar a una mujer en mi galería de arte, recorrió con la vista el gran salón lleno de cuadros y fotografías de grandes artistas y fijó la mirada en un cuadro en específico. Me acerqué:
-Maravillosamente genuino, ¿no?
-Muchas personas no piensan lo mismo, quítelo.
-(Desconcertado) ¿Ah? ¿Quién se cree para venir a imponerme eso?
-Bueno, (sonriente)  soy Georgia O´keeffe.
Desde ese mismo instante jamás dejé de hacerle saber lo maravillosa que era, sólo que siempre me referí a su creación y nada más. Me enamoré como un adolescente que cree que tomar de la mano a su amada es lo más increíble que puede existir y ella me correspondía, aunque no logro entender aún qué fue lo que vio en mí, solo era un viejo  y reconocido fotógrafo de Nueva York que captaba su belleza y feminidad en imágenes y que ciertas noches le hacía el amor.
Irreverente y cautelosamente directa. El mismo día de nuestra boda me hizo saber delante del notario y los testigos que no se pondría mi apellido ni el anillo, y en seguida me dio el beso más lleno de amor que hasta ese momento había sentido.
Nunca había sido tan feliz, a pesar de haber tenido un matrimonio anterior con dos hijos incluidos que ahora no quieren ni escuchar mi nombre, pero eso no importó, Georgia fue mi todo, hasta la sentía como mi hija.
En el momento en que presenté en una exposición las fotografías que tenía  de cada parte de su cuerpo, totalmente desnudo, todo el círculo de artistas y periodistas supieron quién era, conocieron su belleza, su talento y su obra comenzó a ser valorada al mismo tiempo en que nuestro mundo comenzaba a derrumbarse.
Todo lo planifiqué, cada detalle… Georgia entró en el gran salón, y al ver todas sus fotos salió enseguida, la seguí y estaba llorando sentada en el piso.
-Mi cuerpo es solo para ti, esas fotos fueron para ti, es muestra de mi gran amor… ¿Cómo pudiste mostrárselas al mundo?
-Georgia, están todos asombrados de lo que eres, de lo que transmites, de tu esencia, a partir de hoy todo el mundo sabrá quién eres.
-No quiero que sepan quién soy, no quiero hablar con nadie, no quiero decir nada, ni las palabras ni mi cuerpo son valiosos para mi, no quiero que me conozcan por eso. Si van a saber quién soy, que lo sepan por mis cuadros, que me vean en mis trazos, en mis líneas, en los colores… allí sabrán perfectamente quién soy.
Hay otro recuerdo, ese sí quisiera borrarlo, pero es imposible porque fue el momento en que la perdí, perdí su alma. Fue en el garaje donde ella solía pintar donde me encontró con Dorothy, la nueva socia de la galería.
Ella se fue a Nuevo México, nos escribimos por un tiempo, me dice que es feliz rodeada de la naturaleza, dice que es a donde siempre perteneció. Dijo una vez que yo necesitaba a alguien a quien pudiera moldear a mi antojo y quizás tenga un poco de razón.


 

 

 

 

 

 

jueves, 27 de junio de 2013

Esa noche



Es una de esas noches donde no sabes cómo describir la sensación de cansancio, no sólo físico, sino también existencial.
Me acuesto en mi cama y pienso mientras suspiro “hubiese querido vivir en los años 20, y en los 50, y en los 80” y de inmediato, sonriendo, empiezo a visualizar imágenes de esas épocas, “qué bellos recuerdos” pienso, como si  los hubiese vivido. Vuelvo a reírme, esta vez de mí misma, “Qué loca”, digo en voz alta y  sin darme cuenta me quedo dormida.
Mi celular suena y me despierto agitada, veo en la pantalla borrosa “Mensaje de Ben <3” “Ben? Quién coño es Ben?” Digo y  leo ”Hola princesa, ya voy en camino, nos vemos ahora”. Desconcertada intento dormirme nuevamente.
Un nuevo ruido me despierta… unas llaves, me asomo hacia la sala y está entrando un chico. “Mierda, qué hago?” Pienso rápidamente y cierro la puerta de mi habitación con seguro. “Dios mío, qué está pasando?” Me van a matar. Pienso temblando de miedo.

“Princesa, ya llegué” escucho. Me acerco al espejo y me digo frotándome los ojos “Esto no está pasando, estás dormida aún”. Con la vista recorro mi habitación, hay cosas diferentes… muchas.

El chico entra a MI HABITACIÓN, con sus llaves, y me quedó mirándolo. Es alto, piel trigueña, ojos verdes y cabello negro, tiene una sonrisa encantadora. Este hombre es realmente guapo, pienso en medio de  mi confusión. “Hola” respondo. Y por alguna extraña razón empiezo a sentirme en confianza. “Hiciste tu siesta?” Me pregunta. Me besa. No respondo. “Vístete rápido que mi madre nos espera, y tengo que decirte que no es para nada paciente”. Sale de la habitación.

Voy al espejo, y digo preocupada “Madre? Princesa? Vístete rápido?” Entro al baño y me echo agua helada en la cara, me asomo y allí está, sentado en MI SOFÁ, leyendo un periódico. Veo una foto de los dos, sí, LOS DOS muy sonrientes y abrazados, y el portarretrato dice “Te amo”. “Esto es un sueño, claro, obviamente, ya sabes que tus sueños son demasiado reales, vamos, diviértete”, dice una  voz en mi cabeza. Voy hacía mi armario y veo un montón de ropa que no es MI ROPA, son vestidos floreados, largos, de estilo hippie. Escojo uno, me visto, me arreglo el cabello, maquillaje, perfume, ah! Y un sweater para verme bien recatada.

“Vamos, mi amor, estoy lista” Digo, intentando sonar natural.

Llegamos a casa de mi suegra, Vivianne Westwood, es diseñadora de modas.  No la conozco, tengo dos años con Ben y no la conozco.  Todo esto lo deduje por la conversación en el auto. La decoración es bastante extraña e inusual, todo muy oscuro, da un poco de miedo. Hay un muro con muchas fotos de grupos de punk. “Sex pistols” se titula el más grande. Ben se da cuenta de mi expresión de desagrado y se ríe a carcajadas “No has visto nada, mi madre es muy peculiar, pero tranquila princesa, sólo sé tu misma, ah! Y no nombres a mi padre”. Me guiña un ojo y me coge la mano.

“Holaaa”, nos dice una mujer con el cabello más rojo que he visto, ojos grandes y una sonrisa bastante amplia. Va vestida con un traje negro en conjunto, falta y chaqueta. Botas con un tacón absurdamente alto y con muchos anillos y pulseras de metal plateado. “Hola”, respondo educadamente y ofrezco mi mano, ella me la coge para halarme y darme un efusivo abrazo.

La cena transcurre muy rápido, el ambiente es acogedor, a pesar de la oscuridad que transmite la casa. Vivianne me habla de todo, de su ex marido, el padre de Ben, de forma bastante obscena. De su actual esposo, que está de viaje. Y dice que se enamoró perdidamente de él porque es una persona disfuncional, sonríe a carcajadas. Le pregunto sobre sus diseños… “Con mi tienda, “Sex”, nos va muy bien querida”. Me mira detalladamente. “Deberías echarte una pasada por allá y te regalo algunas cosillas”. Levanta una ceja. Ben me acaricia la pierna y me transmite tranquilidad. Le pregunto en susurro “Estoy mal vestida?”,”Claro que no, princesa. Son estilos diferentes”. Me besa. “En serio me gusta mucho este chico”, pienso.

La cena ha terminado. “Ha sido un placer conocerla señora Westwood”. “Señorita, por favor”, responde. Me da una bolsa. “Ábrela”. Tímidamente saco unos pantalones de cuero negro con muchos alfileres a cada lado y una camiseta bien ajustada con cremalleras sobre los senos. La miro y sonrió con inocencia.

“Es para que se lo desfiles esta noche a Ben, se ríe a carcajadas”. “Muchas gracias señorita Westwood”, digo. “Recuerda que se usa sin ropa interior y con tacones”. Me abraza. Abraza a Ben quien está muy apenado y callado.

En el auto me siento exhausta, “Lo siento por mi madre”. “Tranquilo amor, tu madre es muy especial”. Los dos sonreímos. Me acuesto en su hombro y me quedo dormida. Al llegar a casa, Ben me despierta. “Tuve un sueño horrible, le digo. “Soñé que vivía en el futuro y que tenía un aparato horrible que sonaba a cada rato”. “Te hizo mal estar con mi madre, responde”.

martes, 21 de mayo de 2013

De esos momentos en mi existencia en que mi cuerpo, mi mente o mi mano (no sé que es) pero es algo en mí que me pide escribir. Escribir así esté rodeada de murmullos, palabras vacías o incluso sonidos que oigo ero no escucho, que no sé que significan, que solo quiero que cesen.

Pero, sobre qué voy a escribir, si mi mayor fuente de inspiración está ausente. En realidad creo que ha estado ausente desde hace mucho tiempo. Ahora es diferente. Ya pasó. Todos mis escritos anteriores nacieron de llamar ardientes que hoy están apagadas.

Hoy solo vivo el presente. Despierto, respiro, estudio, aprendo, siento satisfacción, vuelvo a aprender, me canso, me emociono, extraño, olvido, sonrío, aprendo más... y así van pasando los días, llenos de aprendizaje, de productividad, de apuros, de estrés, de cansancio y de satisfacción.

Aparte de todo esto, de un tiempo para acá estoy en la espera de algo, que sé que llegará en el momento preciso, pero lo espero; y en esos momentos del día en que mi mente tiene tiempo para pensar en cosas que no sean de la rutina, de lo que tengo pendiente por hacer, o de lo que estoy haciendo... Pienso en él, no en ese él que yo creo, que ustedes creen o que él mismo puede creer. NO. En él. Ese él verdadero, que inconscientemente estoy esperando.

lunes, 29 de abril de 2013

3.

Cuando vemos a alguien que supuestamente equivocó el camino un poco más que los demás, nos convertimos en los más crueles jueces, así funciona la sociedad... Yo, decidí creer en vez de dudar, liderar en vez de seguir, decidí un día ver más allá de lo que no era perfecto, de las famosas apariencias...
No niego que fue difícil aceptar que lo esencial es invisible a los ojos y casi se me apaga la luz, pero es que yo siempre he estado de pie, con la cabeza erguida para que mi corona no se resbale.
Aún siendo la soledad mi palacio y el éxito mi mejor amigo, siempre intento recordar fragmentos de mi infancia y los veo borrosos... No puedo perdonarme la pérdida de mamá ni la ausencia de amor en mi vida, porque sí, una carrera es algo maravilloso pero no sirve para acurrucarse contra ella en una noche fría. Y es que si yo hubiese nacido campesina, ya tuviese a mi campesino azul, pero no, me tocó nacer princesa, y tan fácil que es porque a mi si me desnudas el corazón la ropa se me cae sola.
En resumidas cuentas, aprendí que el pasado y el presente pueden tomarse un café juntos y que así parezca una más del montón, no lo soy. La diferencia está en que yo aprendí a tiempo que... Al corazón para latir no le hace falta maquillaje
2.

Vivir sólo de esperanza no resulta muy rentable, sobre todo en una ciudad como esta. Las virtudes e inocencia quedaron en aquel paraíso donde lo que sobraban era ideas, ahora el resentimiento carcome las almas, unos quieren lo que otros tienen, otros tienen lo que muchos necesitan. Yo ya no quiero ser perfecta... quiero mi mundo perfecto, sin apariencias, sin miedo a la vida. Yo ya no puedo esperar que paren, ya no puedo sólo resignarme y vivir rodeada de hipócritas que son ciegos al dolor de sus semejantes. No me interesa ir tras la búsqueda de la felicidad que ya tengo, porque se trata de las acciones que realizo para llenar mi pecho de emoción, no el de otra persona.
Intentos fallidos, otros acertados, realidades, espejismos... Eres y serás lo que tú decidas ser porque... Al corazón para latir no le hace falta maquillaje.
1.

Perdí un juguete que me acompañó en mi infancia, pero gané el recuerdo de quien me hizo ese regalo. Perdí mis privilegios y fantasías de niña, pero gané la oportunidad de crecer y de vivir, vivir libremente. Perdí momentos únicos porque lloraba en vez de sonreír, pero descubrí que es sembrando amor como se cosecha amor.
Nunca es tarde para volver a empezar, resulta agotador ceder, fingir... Ya saben, APARENTAR tiene más letras que SER.
Un día sales a la calle y ves que todo ha cambiado, pero no te das cuenta que el diferente eres tú; y es que cuando miramos con el alma, parecemos vivir en otra ciudad.
Vivimos con miedo al resultado de nuestras acciones y pensamientos, por qué? por qué callar? O es que acaso me perdí del momento en que decir en voz alta lo que otros susurran se convirtió en delito?
...Es complicado este cuento de ser, no? Porque es que siempre vamos a ver las cosas como somos, no como son. Y cómo son realmente? Son y serán como yo quiero que sean. La magia está en mis manos, lo demás es ornamento... y al corazón para latir no le hace falta maquillaje.

sábado, 27 de abril de 2013


Los desiertos.

Hace muchos años, aún cuando La Tierra estaba rodeada de tinieblas, las personas se sentían vacías y sin sentido alguno de la vida, donde había ausencia de sonrisas y lagos de lágrimas; existió una pequeña aldea donde hombres, mujeres y niños vivían una rutina, sin felicidad.

El alma de La Tierra, al ver con gran preocupación lo que sucedía, pensó en alguna manera para cambiar este rumbo. Llenó enormes espacios de arena cálida, le ordenó al Sol que nunca dejara de brillar con todo su esplendor en este lugar y al Viento que no dejara de moverse con gran fuerza para levantar aquellos granos de arena y hacerlos volar.

Ya estando listo este nuevo, cálido y hermoso lugar, el Alma de La Tierra envió allí a todas las personas infelices para darles una sabia lección. Estas personas marcharon al Desierto, que así llamó el Alma de La Tierra. Las personas no comprendían por qué habían sido enviadas a un lugar aún más solitario, sin embargo, continuaron con sus vidas. Poco a poco empezaron a notar que sonreían más y casi nunca lloraban, finalmente eran felices.

El Alma de La Tierra, satisfecha por lograr su cometido, les habló desde el horizonte: “Son finalmente felices porque en este espacio tan grande y solitario  se encontraron con ustedes mismos, entendieron que la felicidad depende de cada uno de ustedes y de lo que llevan dentro. Era necesario que conocieran la soledad”

Desde entonces en los Desiertos, el Sol brilla con todas sus fuerzas, el Viento sopla con todo el entusiasmo para rozar la piel de todos aquellos viajeros que van en busca de ellos mismos.

Y si se preguntan por qué la ausencia de agua en los Desiertos, es simple, en los Desiertos no hubo más lagrimas.


jueves, 25 de abril de 2013


Tantos bellos sonidos que disfruté en el ayer, tantas bellas sonrisas dibujaron mi amanecer. Hoy solo encuentro silencio en mi atardecer, pues la idea de que no volverás oscurece mi pensar. Escribí mi futuro con tu nombre y juré que sería verdad. Tú desvaneciste toda mi realidad, es desilusión lo que ocupa mi pensar. Te necesito. Fácil decirlo, difícil que lo entiendas. Eres solo parte de mi pasado y un perfecto recuerdo que intento olvidar. Me pregunto por qué es tan confuso? Siento un gran vacío difícil de llenar, me duele aceptar que ya no estás y que otra vendrá a ocupar mi lugar, me duele esta triste verdad. Aprende y verás que un gran amor sí puede traicionar. Yo me equivoqué, ya no hay nada que hacer. Yo a él lo amé. Él no supo querer, ahora que se arrepiente, ya no hay nada que hacer.
 
Es como si desde ese día que ví tus ojos, hubiese quedado atrapada en un mundo paralelo, con cascadas de palabras y luces de sonrisas. En lo que creía que jamás sucedería, pasó. De repente apareciste a mostrarme el mundo, ese mundo que mi burbuja no me había dejado ver. Brindas la seguridad que solo una persona real puede transmitir. Es pureza lo que veo en ti. Quizás por eso empecé a amarte y lamentablemente a necesitarte.
Una guerrera. Una guerrera que lucha por lo que ama. Una guerrera a la que una vez le dejaron el alma en mil pedazos y hoy vuelve a brillar con todos su esplendor y regala rayitos dorados a todos aquellos que le transmiten buenas vibras y energías positivas. Una guerrera que es feliz, que da sin esperar recibir, que está inmensamente agradecida con la vida y con Dios por una familia fenomenal, por todos los errores cometidos y los dones obsequiados.




Cuando el día está gris, los pensamientos se nublan y mis ojos se empañan… algunas mentes vuelan dispersadas buscando un rayito dorado, otros cuerpos flotantes van buscando calor… y yo, simplemente voy en busca de ti. La espera de ver el arcoíris después de la lluvia, se hace eterna. Ayer el Sol estuvo radiante y yo no lo ví. Hoy está ausente, como tú.
Algún día… cuando mi mirada se vuelva a cruzar con tus verdes ojos, caerá lluvia cargada de amor y odio, lluvia que correrá por mis mejillas. Mi corazón se acelerará tanto como en una carrera por llegar a la meta… La meta será abrazarte y no soltarte nunca más.

Yo no creería en un pasado que se torna borroso después de tantas promesas rotas, pero tu imagen quedó tan nítida que es difícil borrar la historia. Es como si de pronto comenzara a volar y poco a poco me sumerjo en recuerdos pasados, en un viaje del tiempo, donde lo más claro son un montón de promesas rotas.

Busco momentos, busco detalles. Quiero volver a sentir esos sentimientos, pero simplemente ya no están, es como si todo se hubiese desvanecido en un abrir y cerrar de ojos. Ya no siento nada. Ahí estás, tus ojos en los que alguna vez me perdí y esa sonrisa de encanto… logro visualizar, pero no puedo recordar lo que sentía.
Solo se ama una vez. Espero que no.
 


Quiero borrar cada recuerdo, cada beso, cada conversación, cada momento, cada noche, cada día, cada risa, cada llanto, cada miedo, cada alegría, cada sueño, cada promesa, cada canción, cada abrazo, cada caricia, cada luna, cada sol.

Quiero que no hayas existido nunca, despertar y que haya sido como un simple sueño. Verte como ver a un desconocido, como lo que eres. O simplemente no saber de ti, de tu existencia, de tus daños, de tus huellas, de tu engaño.

Lo nuestro debió quedarse ahí, en el primer día en el que decidiste no volver. Nunca debí esperarte, nunca. Cuando conseguí organizar los restos que habías dejado, decidiste aparecer a desorganizar mi mundo. Pero ya no puedes hacerlo, apenas logro recordarte. Solo tengo grabada tu última llamada de cobardía y de palabras absurdas.

Ya no habrá más partes, ni verdades a media, ni promesas falsas, ni nada de nada, porque ya no eres nada.

jueves, 4 de abril de 2013

Sabes que los ciclos tienen un fin, sin embargo el recuerdo te aferra y no lo entiendes. Decides seguir, como el aire que sopla hacia una misma dirección hasta que tropieza con un muro.
Necesitas sentirte libre, porque sin saberlo, ya has estado mucho tiempo atada, sin recompensas.
No es tan sencillo ese de agradecer y olvidar cuando se ha acabado el amor. Es difícil, no imposible. Perdonar y perdonarte, mirar hacia atrás sonriendo y con nuevas armas para la lucha que por más que la evitemos será siempre continúa.

Eso es el amor, una constante lucha; por encontrarlo, por mantenerlo y por olvidarlo.

martes, 2 de abril de 2013


...Y sentí que el cielo se derrumbaba el día que me dijiste "adiós", con mis ojos empapados en lágrimas, observé los tuyos y encontré en ellos sentimientos de temor, de ansías, de falta de fé; fue allí cuando supe que tu alma sentía lo mismo que la mía... ese dolor profundo de saber que nos ibamos que separar.
"No... no te vayas" fue lo primero que mis labios consiguieron pronunciar, pero al mirar a mi alrededor y al encontrarme en ese aeropuerto, logré entender que esa era la cruel realidad, tenías que marchar.





Fue entonces cuando surgió ese abrazo, tan lleno de amor, tan lleno de "no puedo vivir sin tí"... ¡Una metáfora tan real para ambos!. Viste el reloj, te recordaba que tenías que partir... te acercaste más a mí, tomaste mi mano, mi corazón latía acelerado, mientras sentía que me faltaba la respiración... Luego te observé, dando pasos, alejándote de mí... dí la espalda y me sumergí en una escena totalmente gris, miré hacia atrás y ya no te ví más... allí me dije "lo amo de verdad" y allí también supe que no te dejaría ir nunca más.




Te amo.
Dejame hacerte sentir de nuevo en las nubes, no temas, date cuenta de la reacción de tus ojos al tomar mis manos, o de lo que sientes cuando me besas, no temas, prometo no herirte jamás, porque lo que se ama, se protege y jamás se hiere, ábreme tu corazón, no te arrepentirás, podemos llevar una vida bella y  feliz, te lo prometo. Para qué andar solos por la vida si nos tenemos el uno al otro? Para qué buscar en los demás lo que tenemos en frente? Disfrutemos juntos todo lo que nos ofrece esta vida, estoy segura de que Dios tiene cosas maravillosas para nosotros porque nacimos para estar juntos, revivamos el amor, no existe nada más bello y mágico en el mundo que el amor, entonces por qué cerrar tu corazón cuando tienes toda una vida por delante para ser feliz? Aprovecha lo que te ofrezco, todo mi ser, mi mente, mi alma, mi corazón y mi cuerpo. Sería tan mágico y perfecto para mi, lo he soñado desde que te besé por primera vez.

...Y entonces te ví. No quise expresarte mi angustia, no pude dejar que tus ojos se cruzaran con los míos porque todas las promesas rotas saldrían a flote en tan solo una mirada y despues qué iba a quedar en el aire? Una densa neblina que tornaría gris el ambiente para que luego la lluvia se concentrara en ella y nos arruinara ese momento, ese momento de reencuentro tan pensado tantas noches por mi, la segunda oportunidad estaba ahí, en frente de mi.

Mi corazón latía de felicidad, acompañado  de un sentimiento  de rabia al recordar todo lo sucedido, reflexioné y decidí olvidarme de lo oscuro, porque que tus ojos me transmitían solo una cosa: Amor.

Te miré fijamente ya sin ningún tipo de temor, y unos segundos despues sentí el roce de tus labios con los mios y fue como volver a nacer... En ese instante las palabras fueron totalmente innecesarias, tú ya sabías que te había perdonado y  que algo nuevo habia ya recomenzado.

viernes, 22 de marzo de 2013


...Ando en las bellas nebulosas, no quiero ver hacia abajo, temo bajar mi vista y observar, quiero quedarme aquí un poco más de tiempo, aunque sé que pronto me caeré y no soportaré el dolor de mis rodillas junto al piso, sentiré la amarga sensación de haber caído de las bellas nubes al duro suelo.
 Quiero alargar mi estadía en este bello lugar, me gusta estar por encima de mi realidad, desde aquí veo todo perfectamente, pero lo que no veo es en qué fallé, qué hice mal?
 Algo me dice que de esas preguntas jamás encontraré las respuestas, respuestas que no existen, el querubín que me acompaña me dice que yo no hice nada fuera de lo correcto.
 Aún sigo esperando la caída.

Hay momentos en la vida, en que haces una parada y simplemente piensas y piensas. Piensas en qué ganaste, qué perdiste, qué quieres, qué es innecesario.
Sientes miedo, porque a pesar de lo mucho que anhelas algo real, quizás ya empiezas a ver todo sujetivo, tal vez simplemente ya no crees. Sientes satisfacción, esa sensación de saber que lograste salir a flote con mil enseñanzas y aprendizajes que mantienes como un as bajo la manga. Sientes felicidad, porque aparecen ángeles que llegan a iluminarte la vida, sin tiempo determinado, entonces decides ser feliz, SER FELIZ SIN TIEMPO DETERMINADO.

Lo importante es saber que aún tienes fé, que aún hay razones para creer y que el miedo a amar no existe.
 



Había una vez en un reino muy lejano, un castillo hermoso, donde vivía una linda princesa que soñaba con encontrar el amor.
La princesa adoraba los vestidos, tenía muchísimos, de todos los colores… Ella guardaba un gran secreto, cada vestido, dependiendo del color, le proporcionaba un maravilloso poder.
Con el vestido azul lograba volar tan alto como las nubes, el vestido rojo enamoraba a todo aquel caballero que la viera, con el amarillo  podía brindarle felicidad a todos los que estuviesen a su alrededor, con el blanco se volvía invisible (pocas veces lo usaba), con el negro podía manejar el clima a su conveniencia, el rosado que era su favorito lo usaba para poder solucionar cualquier problema que se le presentara, con el verde podía hablar con los animales y con el púrpura se comunicaba con las hadas y los duendes del bosque.

Ella era feliz, pero necesitaba algo en su vida… cierto día la princesa se preguntó a sí misma quién sería realmente sin la ayuda de sus hermosos trajes y se sintió completamente pérdida… Podía ofrecerles muchos beneficios a los demás, pero ¿qué podía ofrecerse a ella misma? Quería encontrar el secreto, la magia y el encanto de su alma y de su corazón sin ningún tipo de adornos o accesorios.
Decidió dar todo porque así fuese y se le ocurrió la genial idea de hacer un vestido de todos los colores, como un radiante arcoíris, después de todo, su vida siempre había estado llena de colores, era imposible renunciar a ellos. El día que estrenó ese deslumbrante vestido, conoció a un encantador príncipe, se enamoraron perdidamente… la princesa por fin logró encontrarse con ella misma cuando lo conoció a él. El príncipe amaba los colores de la princesa, pero también amaba su desnudez y la sencillez de su alma.




Estoy tranquila, por fin. Al menos ya no siento que muero por dentro, eso es bueno, no? Y tengo ganas, pequeñas, pero ganas de empezar otra vez, y olvidarme de que esta y cualquier ciudad a veces está tan triste como yo.
 
 

 …Pero también me gustaría decirte, que hay otros días, en los que no hay momentos, ni palabras, ni miradas, ni absolutamente nada. Días en los que te siento demasiado lejos, y que siento que te estoy perdiendo aunque nunca hayas estado aquí. Así que por favor, déjame salir, o dime como entrar. Pero haz algo.

Antes pensaba que si de verdad deseaba algo con todo mi ser, el universo conspiraba para dármelo. Hoy simplemente deseo borrarte de la historia de mi vida, de mis recuerdos, de mi mente. Eres como una bacteria que carcome todo en mí, sin nada a cambio. Eres un espejismo lleno de mentiras, es absurdo  este estado, es absurdo este vínculo que me une a ti, ojalá no sintiera profundamente que eres todo, así las cosas no serían tan difícil.
Lamentablemente la soledad se deja seducir por la nostalgia, mis ilusiones se dejan seducir por tus mentiras.
...Querido universo: hazme creer en tí nuevamente.