...Ando en las bellas nebulosas,
no quiero ver hacia abajo, temo bajar mi vista y observar, quiero quedarme aquí
un poco más de tiempo, aunque sé que pronto me caeré y no soportaré el dolor de
mis rodillas junto al piso, sentiré la amarga sensación de haber caído de las
bellas nubes al duro suelo.
viernes, 22 de marzo de 2013
Hay momentos en la vida, en que haces una parada y
simplemente piensas y piensas. Piensas en qué ganaste, qué perdiste, qué quieres, qué es
innecesario.
Sientes miedo, porque a pesar de lo mucho que anhelas algo
real, quizás ya empiezas a ver todo sujetivo, tal vez simplemente ya no crees. Sientes satisfacción, esa sensación de saber que lograste
salir a flote con mil enseñanzas y aprendizajes que mantienes como un as bajo
la manga. Sientes felicidad, porque aparecen ángeles que llegan a
iluminarte la vida, sin tiempo determinado, entonces decides ser feliz, SER
FELIZ SIN TIEMPO DETERMINADO.
Lo importante es saber que aún tienes fé, que aún
hay razones para creer y que el miedo a amar no existe.
Había una vez en un reino muy lejano, un castillo hermoso,
donde vivía una linda princesa que soñaba con encontrar el amor.
La princesa adoraba los vestidos, tenía muchísimos, de todos
los colores… Ella guardaba un gran secreto, cada vestido, dependiendo del
color, le proporcionaba un maravilloso poder.Con el vestido azul lograba volar tan alto como las nubes, el vestido rojo enamoraba a todo aquel caballero que la viera, con el amarillo podía brindarle felicidad a todos los que estuviesen a su alrededor, con el blanco se volvía invisible (pocas veces lo usaba), con el negro podía manejar el clima a su conveniencia, el rosado que era su favorito lo usaba para poder solucionar cualquier problema que se le presentara, con el verde podía hablar con los animales y con el púrpura se comunicaba con las hadas y los duendes del bosque.
Ella era feliz, pero necesitaba algo en su vida… cierto día
la princesa se preguntó a sí misma quién sería realmente sin la ayuda de sus
hermosos trajes y se sintió completamente pérdida… Podía ofrecerles muchos
beneficios a los demás, pero ¿qué podía ofrecerse a ella misma? Quería
encontrar el secreto, la magia y el encanto de su alma y de su corazón sin
ningún tipo de adornos o accesorios.
Decidió dar todo porque así fuese y se le ocurrió la genial
idea de hacer un vestido de todos los colores, como un radiante arcoíris,
después de todo, su vida siempre había estado llena de colores, era imposible
renunciar a ellos.
El día que estrenó ese deslumbrante vestido, conoció a un
encantador príncipe, se enamoraron perdidamente… la princesa por fin logró
encontrarse con ella misma cuando lo conoció a él. El príncipe amaba los
colores de la princesa, pero también amaba su desnudez y la sencillez de su
alma.
Estoy tranquila, por
fin. Al menos ya no siento que muero por dentro, eso es bueno, no? Y tengo
ganas, pequeñas, pero ganas de empezar otra vez, y olvidarme de que esta y
cualquier ciudad a veces está tan triste como yo.
Antes pensaba que si
de verdad deseaba algo con todo mi ser, el universo conspiraba para dármelo.
Hoy simplemente deseo borrarte de la historia de mi vida, de mis recuerdos, de
mi mente. Eres como una bacteria que carcome todo en mí, sin nada a cambio. Eres
un espejismo lleno de mentiras, es absurdo
este estado, es absurdo este vínculo que me une a ti, ojalá no sintiera profundamente
que eres todo, así las cosas no serían tan difícil.
Lamentablemente la
soledad se deja seducir por la nostalgia, mis ilusiones se dejan seducir por
tus mentiras.
...Querido universo: hazme creer en tí nuevamente.
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