jueves, 13 de octubre de 2016

Venezuela.

Dios me regaló muchos dones el día de mi nacimiento. Uno de ellos fue el talento para escribir y desde que tengo uso de razón las palabras, ideas y pensamientos fluyen desde mi mente hacia mis manos como agua cayendo en cascadas... Sin embargo, nunca había escrito sobre este tema porque se le huye a aquello que te duele para evitarlo, mi país.

Venezuela se ubica en Sur América y  tiene aprox 30 millones de habitantes; tenemos una gran variedad de climas y la opción de escoger y disfrutar paisajes hermosos y encantadores.
Caracas, mi desastre encantador, es un valle rodeado de montañas majestuosas que te hacen sentir pequeñito ante tanta inmensidad, el verde de El Ávila contrastando con el azul del cielo un mediodía despejado, te hace olvidar casi todos los problemas. Tenemos la playa cerquita y son pocas las veces que el cielo se ve gris.
Los venezolanos que actualmente están en el país padecen el caos y estrés diario que produce vivir hundidos en un gran conflicto social y una crisis humanitaria desde hace algunos años, nisiquiera esto ha logrado robarles la sonrisa ni las ganas de seguir luchando cada día... A todo le sacamos un chiste, a todo el mundo le decimos "mi amor", somos extrovertidos, acogedores y jodedores.

Luego de esta introducción, voy al tema que me llevó a escribir estas líneas como desahogo personal o porque quizás necesito entender que esta no es la verdadera Venezuela.

La escasez absoluta de alimentos y productos de primera necesidad, las filas de muchas horas que hay que hacer el día que te corresponda según tu cédula para lograr encontrar algo, la inflación anual de una cifra dificil de creer que lleva a una devaluación donde el billete de mayor denominación solo alcanza para comprar chiclets, un sueldo mínimo que no alcanza para que una persona viva una semana, un control cambiario que no tiene ni pies ni cabeza, la falta de medicamentos e insumos médicos que sufren los hospitales, la corrupción de un gobierno de mierda que solo ha servido para destruir y decir brutalidades.
Todo esto lo entiendo, es una cadena de consecuencias desastrosas e inhumanas que ha desatado un grupo de "personas" a traves de estos años, se han encargado de la destrucción total de un país, salvando solo intereses propios e ideas absurdas y fracasadas.

Es devastador y se me llena el corazón de dolor y rabia al ver tantas muertes en manos de la delicuencia y el hampa. En Venezuela tu vida vale un carro o un celular. En Venezuela aparece cualquier maldito, te arrebata la vida y todo se queda ahí como que nadie vio, como que nada pasó. En que momento se comenzó a vivir con tanto odio y resentimiento? Este barco se hunde y estamos todos a bordo, es indignante estar aqui buscando una explicación a algo que no la tiene.

Tú, delincuente mal nacido, NO tienes el derecho de acabar con vidas! Estás dejando a hijos sin padres, padres sin hijos, desmoronando familias... Son personas que se la estaban guerreando de verdad día tras día, en cambio tú sales a robar y a matar, eres el cáncer más grande de este país!

El mundo ahora es ciego ante todo lo que sucede en Venezuela, claro, ya no se benefician. Necesitamos ayuda, estamos en crisis humanitaria. Cuántas muertes faltan para entender que ya fueron suficientes?

Dios mío, sé que obras de formas misteriosas, por favor no quites tus manos todopoderosas de mi país. Te pido Señor que todas las almas que se han ido en manos de la delincuencia y aquellos que partieron creyendo en un mejor país o luchando para construirlo, estén todos a tu lado en lo más alto del cielo. Por favor protege a toda mi familia y seres queridos que están en Venezuela... y un último favor Diosito, perdona tú a todos esos hijos de puta, porque yo no puedo.

Wendy Isabel Arriechi.

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