jueves, 5 de enero de 2017

Este momento supo a chocolate.

Hay momentos en que tienes la mente en blanco y solo quieres observar sin juicios lo que pasa a tu alrededor. Nunca me ha molestado la soledad, todo lo contrario, la disfruto tanto que a veces se me olvida su filo.

Vine a comer algo y me senté a disfrutarlo en medio de un restaurante con poca gente. Hay lugares que han sido testigos de instantes perfectos... Hoy estoy en uno de ellos, sola, y está bien.

Escucho la música de fondo, es jazz, que buena elección. Me pierdo un buen rato sin pensar en nada y cuando me doy cuenta mi plato está vacío. Miro el reloj, han pasado 20 minutos, salgo un poco apresurada y pienso "Tener la mente en blanco es tan delicioso como ese postre"

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